Saturday, November 11, 2006

"Celestialidad" e "Infernalidad"

Al morir, las cosas cambian asombrosamente poco para la persona que murió. La transición es inesperada e interesante para prácticamente todas las personas, pero fuera de los ateos cuya continuada existencia echa por tierra todo su esquema de creencias, para los demás, la vida, o al menos su vida intelectual se mantiene con pocos cambios.
El creyente Cristiano, va a existir en una realidad Cristiana en la que va a poder corroborar la mayoría de las creencias que ya traía de su vida en la Tierra. Lo mismo el Musulmán. Lo mismo el Judío. De nuevo, el único verdaderamente sorprendido es el ateo "fundamentalista" que murió pensando que la muerte era el fin permanente de su existencia y el solo hecho de seguir existiendo y percibiendo es un "shock" devastador del cual no se puede recuperar plenamente y debido al cual debe, de inmediato, ajustar profundamente su sistema de creencias.
Pero por otro lado es irónico que es precisamente el ateo el que tiene la oportunidad única de re-iniciar casi de cero y por lo tanto es el que finalmente llega a percibir y comprender mejor la nueva realidad en la que ahora se encuentra.
Los "religiosos" no tienen que ajustar mucho su sistema de creencias porque por principio de cuentas ya sabían que seguirían existiendo y por lo tanto su realidad va a ser interpretada de acuerdo a lo que su particular "libro sagrado" les indicó.
Esto no significa que, por ejemplo, todos los Cristianos van a ir al mismo cielo o al mismo infierno. Existen "cielos" que realmente son "infiernos" y de hecho, no existen solo dos lugares, sino una casi infinita graduación desde lo más "celestial" hasta lo más "infernal". Por lo tanto existen al menos dos factores fundamentales que determinan nuestro lugar en la otra realidad: 1) Las creencias que traemos de nuestra vida en la Tierra y 2) Nuestro "grado" de ego.
La segunda es la más importante porque es la que determina el grado de "celestialidad". En otras palabras, personas de bajo ego van a dar a comunidades con ambiente "celestial" pero sus creencias religiosas determinan a que tipo de comunidad en particular (Cristiana, Judía, Musulmana, atea, etc.). De la misma manera, personas de alto ego, van a dar a comunidades "infernales" que a su vez pueden describirse como "Cristianas", "Musulmanas", "ateas", etc.). De hecho, la variedad es casi infinita y existe toda una gama de comunidades de todo tipo.
Tanto Emmanuel Swedenborg como Carl Gustav Jung indican que los cambios profundos de creencias solo pueden suceder antes de morir, ya que en la otra existencia vamos a vivir en una "realidad" construida y mantenida por personas con creencias similares y a diferencia de nuestra vida en la Tierra, no habrá allá fuertes elementos de disonancia que nos obliguen a reexaminar nuestras creencias. Solo en nuestra vida material podemos ampliar nuestra realidad para que luego ésta no nos limite en el más allá.
Por esto decía un gran maestro que debemos leer lo que no queremos leer (lo que contradice nuestro sistema de creencias), escuchar lo que no queremos escuchar, aceptar que no tenemos la verdad y proponernos deliberadamente pasar por el dolor que implica ampliar nuestro sistema de creencias para incluir disonancias.
Una vez muertos y ya en la otra realidad, esto no va a ser posible.

1 Comments:

At 4:47 PM, Anonymous Anonymous said...

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