Aumento a la Gasolina
Estos últimos días ha habido gran indignación en México porque el gobierno ha anunciado que va a subir el precio de la gasolina unos centavos. Ha habido varios comentarios absurdos, pero hasta el momento el que se ha llevado el día es quien sostiene que en México la gasolina no se debe vender a precio de mercado sino a un promedio ponderado del costo de producción en México más el precio al que compramos la gasolina en el extranjero. ¿Es esta una política energética responsable? Definitivamente no. De hecho, lo que tenemos que hacer es casi exactamente lo contrario: subir el precio de la gasolina lo suficiente para des-incentivar el consumo y reducir las importaciones de gasolina (que actualmente ya son el 40% del total).
Los europeos (y hasta otros latinoamericanos) que visitan México se quedan sorprendidos del tamaño (monstruoso) de automóviles que manejamos aquí. La clase media de este país parece pensar que es su derecho divino el de poseer SUVs y minivanes. La razón de este despilfarro es principalmente una: el bajo precio de la gasolina en México.
En México, como en el resto del mundo, se deben tomar medidas drásticas para reducir el consumo de combustibles. En su mayor parte, Europa ha hecho lo correcto y por lo tanto la gasolina allá cuesta al menos cuatro veces lo que cuesta aquí.
Aún los cálculos optimistas indican que solo nos quedan 100 años de petróleo. Es criminal seguir quemando este combustible al ritmo que lo estamos haciendo hoy en día. La mayoría de las personas son irresponsables y solo les preocupa el hoy y la generación actual. Actuamos como si fuéramos la última generación sobre la Tierra consumiendo a mansalva todo lo que podemos. Si se nos cuestiona respondemos con un débil "la tecnología saldrá al rescate de las generaciones futuras".
Esto es falso. Claro que existen tecnologías para sustituir el petróleo pero lo que se pasa por alto es que sin excepción, todas estas tecnologías son mucho más caras que el petróleo. Existe una "curva de aprendizaje" que las irá abaratando, pero nunca van a llegar al precio ridículamente bajo de los combustibles fósiles.
Además, el petróleo no es solo para quemarlo. De este hidrocarburo salen los plásticos, las fibras sintéticas, los lubricantes, medicinas, pinturas, etc. Imaginemos un mundo sin petróleo (que ya está a a la vuelta de la esquina) y a uno de nuestros nietos (en un mundo ya muy empobrecido) preguntándonos de manera acusatoria: "abuelito, ¿por qué quemaron el petróleo?"
Hoy en día estamos ya en tiempos extras y entre más nos tardemos en bajar significativamente el consumo de energía más drásticas van a ser las medidas que vamos a tener que tomar.
Conclusión: el gobierno mexicano no está actuando con la velocidad (y responsabilidad) requerida para encarecer los energéticos. Está subiendo la gasolina unos cuantos centavos cuando debería estarle, al menos, duplicando el precio. El presidente actual ganó la elección en gran parte porque prometió no ser un presidente "populista". Pues bien, ahora es el momento de demostrarlo.
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